domingo, 28 de marzo de 2010

Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.



La verdad es que cualquier comentario esta de más ante la belleza y sencillez de este relato, saquen sus propias conclusiones.

ENTREVISTA A UN TUAREG

Entrevista realizada por Víctor M. Amela a Moussa Ag Assarid

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles…!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

- ¡Qué turbante tan hermoso…!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados…

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa “abandonados” , porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: “Señores del Desierto”, nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece… “¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!”, denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio…

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba… Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre… Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas… Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda…

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro…

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté… Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua… y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso…

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos… Yo tendría unos doce años, y mi madre murió… ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa… Entendí: mi madre estaba ayudándome…

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo…

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella… Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra… Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí… ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa… En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde…

- Fascinante, desde luego…

- Es un momento mágico… Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor… La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor…

- Qué paz…

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

martes, 16 de marzo de 2010

Decidí, Descubrí, Aprendí



"Así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar...

Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.

Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.

Decidí ver cada noche como un misterio por resolver.

Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mis únicas rivales eran mis propias debilidades y que en estas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar.

Aprendí que los sueños son para hacerse realidad.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento. El amor es una filosofía de vida.

Aquel día deje de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.

Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás."

Walt Disney

Tomado de la Columna Así es la vida del actor Mauricio Astorga, Períodico Al Día, Domingo 14 marzo 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

Si yo fuera ... que seria??



Me encontre esto en otro blog, me gusto y lo tome prestado, voy a contestarlo para mi y bueno de paso para quien lo desee leer.

Si fuera una frase: "A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota"
Si fuera una fruta: Mandarina
Si fuera animal: Un bufalo
Si fuera número: el 8
Si fuera un color: Azul
Si fuera una zona del cuerpo: La mano derecha
Si fuera una película: Sueños de Fuga
Si fuera un libro: Creia que mi padre era Dios
Si fuera un dibujo animado: Miguelito el de Mafalda
Si fuera uno de los 7 pecados: Pereza
Si fuera un invento: Lapíz de dibujo
Si fuera un artista: Michael Turner
Si fuera un insecto: Escarabajo Dorado
Si fuera bebida: Bloody Mary
Si fuera algo de la casa: Un sillón cómodo
Si fuera flor: Un lirio anaranjado
Si fuera un planeta: Jupiter
Si fuera un día de la semana: Sábado
Si fuera un idioma: Español
Si fuera un instrumento musical: Un Chelo
Si fuera un juego infantil: Una mejenga
Si fuera un deporte: Futbol
Si fuera una edad: 25 años
Si fuera una ciudad: París
Si fuera un país: Costa Rica
Si fuera un recuerdo: Una tarde soleada jugando con mis amigos bajo los robles de sabana, a mis 12 años
Si fuera un sentimiento: Nostalgia
Si fuera un regalo: Una sorpresa
Si fuera un sentido: Vista
Si fuera una fecha: 26 de mayo
Si fuera una canción: Your Wildest Dream
Si fuera una virtud: Honradez
Si fuera un mes: Diciembre
Si fuera una hora del día: 11:11 (me intriga esa hora)
Si fuera un dulce: Chocolate Dark
Si fuera un CD: Abbey Road (The Beatles)
Si fuera una carrera universitaria: Psicolgía
Si fuera una asignatura: Estudios Sociales
Si fuera un defecto: Indesición
Si fuera palabra: Racional
Si fuera lo más importante: Respeto
Si fuera tú: Nunca tendría miedo